SUEZ estudia segregar SGAB

Suez estudia segregar el negoci d’Agbar a l’àrea metropolitana.

 
El grupo galo mantendría en una sociedad independiente y con poder de decisión local la concesión barcelonesa para contentar a la Generalitat y a los ayuntamientos socialistas.

Suez y La Caixa tienen un Plan B para salvar la operación que han estado negociando en los últimos seis meses y que ahora afirman haber aparcado.

Para salvar las reticencias políticas y sociales que suscita la compra del 70% del capital de Agbar por parte de una multinacional francesa, se contempla la posibilidad de segregar del grupo catalán la empresa madre, es decir, Aguas de Barcelona, lo que permitiría asegurar que las decisiones que afectan a la compañía no se deslocalizan a París.

Tal y como publicó ayer EXPANSIÓN, desde la Generalitat se vería mal un cambio del centro de decisión de Agbar. En este sentido, ha sido el propio presidente del Gobierno catalán, José Montilla, el que se ha encargado de recordar que se trata de una compañía que opera en un mercado regulado, por lo que hay ciertas decisiones que no podrá tomar en solitario.

Servicio público

Así, fuentes vinculadas con Agbar y conocedoras de la trayectoria de la compañía afirman que “la segregación del negocio de Agbar en el área metropolitana de Barcelona es la única salida políticamente aceptable si Suez se hace con el control del grupo. Aguas de Barcelona es mucho más que una empresa privada”, recalcan, tras insistir que la compañía es quien presta el servicio público de distribución de agua potable en la capital catalana desde hace 140 años.

El presidente de Agbar afirma que son “los accionistas los que tienen que ponerse de acuerdo”

Agbar es, además, el operador dominante en la mayoría de municipios del área metropolitana de Barcelona, con una población atendida de tres millones de habitantes. Esta cifra equivale a una cuarta parte de la cartera española del grupo, que presta el servicio de suministro en 1.256 municipios que suman 12,65 millones de habitantes. Si se incluyen las concesiones internacionales, Agbar atiende a una población de 27 millones.

Fuentes conocedoras de las negociaciones que han mantenido La Caixa y Suez admiten la existencia del Plan B. La segregación de la joya de la corona de Agbar permitiría no sólo contentar a los políticos, sino también a los sindicatos de la compañía, que ya han mostrado su oposición total a una eventual toma de control del grupo por parte de Suez.

Los sindicatos van incluso más allá y afirman que, si La Caixa sale finalmente del capital, sería conveniente que Aguas de Barcelona (sólo en el área metropolitana) se convirtiera en una compañía mixta con participación de las administraciones públicas metropolitanas.

Llegar a este extremo, sin embargo, es complicado, ya que hay que tener en cuenta que Aguas de Barcelona genera buena parte de los beneficios del grupo Agbar, por lo que Suez cedería difícilmente la sociedad. Otro condicionante es que, a diferencia de lo que ocurre en otros municipios, el grupo dirigido por Ángel Simón es el propietario de toda la red de tuberías de agua que existe en Barcelona, cuya construcción ha financiado íntegramente. “La red de Barcelona no es municipal”, advierten en la compañía.

Fuentes próximas al Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) –que además de la Generalitat domina la mayoría de ayuntamientos del área metropolitana– señalan que la segregación de Aguas de Barcelona no tiene por que ser la única vía posible para desencallar la toma de control de Agbar por parte de Suez.

Así, explican que la Generalitat podría dar luz verde a la operación siempre y cuando la empresa gala se comprometiera formalmente a mantener en la capital catalana un núcleo fuerte de decisión.

Mercader

El presidente de Agbar, Jordi Mercader, realizó ayer sus primeras declaraciones desde que el sábado EXPANSIÓN destapara las intenciones de Suez de hacerse con el control de la compañía. A cambio, Agbar vendería a La Caixa el 55% del capital que posee en la aseguradora Adeslas por 880 millones de euros.

“La voluntad del socio industrial de aumentar su participación en Agbar no es ninguna novedad, y el hecho de que haya gente interesada en Adeslas tampoco, aunque sinceramente, yo he llegado a un punto en el que no quiero que me hagan más ofertas”, afirmó Mercader. El presidente de Agbar corroboró el hecho relevante que el lunes enviaron Suez y Criteria a la CNMV al apuntar que “la operación está, hoy por hoy, aparcada”.

Sobre su opinión acerca de la operación, Mercader añadió que “cada uno tiene su papel , yo tengo el mío y los accionistas tienen el suyo, y deben ser ellos los que se pongan de acuerdo”.

“Desde Agbar no hemos hecho ninguna valoración sobre la operación y seguiremos así, mi función es gestionar una compañía y las decisiones las tienen que tomar los accionistas”. Mercader tampoco quiso valorar las declaraciones del presidente Montilla. “La Generalitat sabe lo que tiene que saber, y hará lo que tenga que hacer”, concluyó.

ERE temporal en la planta de Tortosa de la papelera Miquel y Costas

Jordi Mercader, presidente de Agbar, también es el máximo ejecutivo del grupo papelero Miquel y Costas, que celebró ayer su junta general de accionistas en Barcelona. Mercader anunció que el grupo presentará un expediente de regulación de empleo (ERE) temporal para los 90 trabajadores que tiene en Tortosa (Tarragona), debido a la caída de la demanda en la región de Asia-Pacífico.

La suspensión se prolongará durante seis meses. El presidente de Miquel y Costas también reconoció que la empresa estudia adquisiciones, tanto en España como en el extranjero, para reforzar su actividad en las áreas que no están relacionadas con el tabaco. Miquel y Costas alcanzó una cifra de negocio de 171,99 millones de euros el año pasado, un beneficio de 11,67 millones.

Mercader espera mejorar los resultados este año, gracias a la bajada de los precios de las materias primas. Las acciones del grupo cotizan a 13,61 euros.

 
 
Expansión 24/06/2009

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